Todos sabemos que la imagen, hoy en día, es muy importante. Por ejemplo, no es lo mismo ir en traje y corbata puerta a puerta a vender seguros, que ir en chándal. Hasta aquí estamos de acuerdo, ¿no? Bueno, pues lo mismo que nos aplicamos a nosotros el cuento, cada día más y más marcas visten de gala a sus productos para presentarlos ante su público. El packaging, es una forma de arte, una forma de seducción que puede convertir un producto tan básico como un zumo, en algo extraordinariamente bello y atractivo, tentando al consumo a quien lo vea, aunque su sabor ni si quiera guste. Por eso, el packaging ahora está de moda.

Con la llegada de la revolución industrial, el aumento de producción y la aparición de nuevas marcas, la publicidad y el packaging comenzaron a cambiar, había que diferenciarse; pero fue en el siglo XX cuando la preocupación por el diseño del packaging comenzó a cobrar realmente trascendencia debido al reconocimiento de su importancia y de su gran carga visual. En la actualidad, y desde hace como una década, el uso de esta técnica ha sufrido un desarrollo más que sorprendente, surgido gracias  al desarrollo digital y a la necesidad de diferenciación de las marcas por la saturación del mercado. La técnica ha cobrado tal importancia que un mal diseño de presentación de tu producto puede causar el fracaso absoluto de este.

Las ventajas de esta técnica son muchas, pero para una correcta ejecución del packaging debemos conocer perfectamente a quién nos queremos dirigir y qué queremos contar con nuestro diseño.  Aspectos como la funcionalidad, el carácter llamativo, el estilo o la sostenibilidad, son aspectos claves que debemos definir a la hora de llevar a cabo un correcto diseño de packaging. Debemos decantarnos por un diseño concreto en función de nuestros objetivos y de las características de nuestros públicos y productos.

Un buen packaging puede ayudar a una marca a generar reconocimiento de marca. Una forma diferente e innovadora de presentar lo que vendes puede hacer que tu producto sea fácilmente recordado, diferenciándolo del resto de marcas y de productos similares al tuyo. Además, aspectos como la mejora de la funcionalidad, creando un packaging diseñado para facilitar el consumo de tu producto combinado con un diseño atractivo, pueden convertirse en factores fundamentales para generar fidelización por parte de tus consumidores o incluso generar un aumento del precio de tu producto o atraer a nuevos clientes. Marcas tan conocidas como Coca-cola o Nutella son ejemplo de ello. Estas llevaron a cabo diseños personalizados en el que el cliente podía plasmar su nombre para hacer sentir a su público parte de la marca y que tuvieron un éxito asombroso.

¿Por qué es necesario un buen packaging?

¿Cuántos de vosotros habéis ido alguna vez al supermercado y habéis comprado cualquier cosa (literalmente) que no necesitabas, que no pensabas comprar o que, incluso, no consumes, simplemente porque te pareció «bonito»? Estamos seguros de que la mayoría de vosotros lo habéis hecho. Y es que el ser humano, como bien se dice por ahí, «come por los ojos». Por estas y miles de razones más, invertir en packaging, llevando a cabo un diseño atractivo y estudiado, es una apuesta segura para introducir  un nuevo producto en el mercado, lavar la cara de tu marca y refrescar su imagen o revitalizar tus ventas, entre otras muchas cosas.

Imagen extraída de Dominio mundial.

Si te gustó, no dejes de leer...