El pasado mes de diciembre, Instagram daba a conocer cambios en sus condiciones de uso, hecho que generó reacciones en contra por parte de los usuarios. Pero nada más allá de la realidad. Esta red social inauguraba el año con más de 90 millones de usuarios mensuales activos. Si unimos esto a su continuo avance y a las posibilidades que ofrece de sacar rendimiento a nuestros contenidos, eso sin olvidar sus adictivos filtros, ¿quién puede resistirse a su encanto?

La filial de Facebook acaba de anunciar el lanzamiento de los perfiles web, lo que permite a los usuarios utilizar esta aplicación como hasta ahora lo han hecho desde su teléfono móvil. De esta forma, pueden navegar por su timeline, dejar comentarios y hacer «like» a las fotos que más les gusten desde su propio ordenador. Lo único que, de momento, no se puede hacer es subir imágenes desde la web, pues los portavoces de la compañía sostienen que Instagram continuará siendo, ante todo, una aplicación móvil. La pregunta ahora es si este cambio se debe al interés de insertar publicidad en la interfaz.

Instacanvas. La plataforma donde vender tus Instafotos

Y hablando de obtener beneficios, esto también se hace extensible a los usuarios. Todo gracias a Instacanvas, sitio web que posibilita que cualquier usuario de Instagram pueda vender sus fotografías. Sólo es necesario elegir qué imágenes poner a la venta y esperar a que aparezca un comprador. Éste, por su parte, tiene la opción de enmarcar la foto seleccionada o de convertirla en un lienzo, prisma, funda para iPhone o tarjeta de felicitación. A partir de entonces, el equipo de Instacanvas se encarga de la transacción: impresión y envío al cliente. A cambio de este trabajo, el usuario se enfunda un 20% del valor total de la venta, cantidad que puede oscilar entre los 40 y 80 dólares, según sea el tamaño de la fotografía.

Sea como fuere, nuestra aplicación favorita de filtros vintage sigue creciendo y evolucionando. No sólo se incrementan nuestras posibilidades de uso, sino que también es posible rentabilizar nuestros contenidos. Si no, que le pregunten al fotógrafo publicitario Tuana Aziz, que ha visto cómo Mango se ha hecho sin permiso con uno de sus trabajos.

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