La disciplina que se encarga de poner nombre a las cosas se conoce como ‘naming’ (o nominología). Todas las empresas y marcas tienen un naming. Puede parecer sencillo, pero como os mostramos a continuación, en la práctica saber elegir un buen nombre requiere de más esfuerzo del que se cree.
Un buen naming: una decisión determinante
El naming de una marca únicamente se hace una vez en su vida. Por tanto, es una de las decisiones más importantes de las que puede depender el éxito de una empresa. Elegir un mal nombre puede condenar la marca al fracaso, al igual que puede llegar a situarla en una posición privilegiada si éste es bueno.
Las percepciones que un nombre provoca son un elemento fundamental en la preferencia de una marca, porque un buen nombre puede llegar a enamorar a quien lo lea. Por ello, todo buen naming debe:
- Ser corto y fácil de recordar. Un nombre demasiado largo o complicado disminuye la posibilidad de recuerdo.
- Ser original y creativo. Y así distinguirse de los competidores. Si tienes una empresa comercializadora de dulces no deberías llamarla “Dulces García”, pues no se distinguiría de su competencia.
- Concentrar la estrategia empresa. La empresa debe tener claro cuál es su público objetivo y el posicionamiento que quiere tener en el mercado.
- Considerar los significados en otros idiomas. Aquel que parece un buen nombre puede ser motivo de fracaso por un significado desconocido.
- Transmitir un mensaje positivo. Normalmente es algo que se logra con el tiempo, pero también se puede conseguir con nombres que provocan sensaciones positivas, como todos los elementos que rodean cosas agradables: sol, primavera, felicidad, sorpresa, etc.
Veinte ejemplos de naming catastróficos
Decidir un nombre para tu negocio es un paso que debe realizarse con tranquilidad, pues formará parte de la identidad de la empresa, de su esencia. Y es que, tener un mal nombre es la mejor ayuda para la competencia. Y como muestra, nada mejor que esta lista para ilustrar 20 casos de naming desafortunado:
1. Chochitos Ricos.
2.Follador Prosecco.
3. Sopa Knorr Pota.
4. Chilly, gel íntimo.
5. Sangría «Coño».
6. Extintores Palma Peña.
7. Mitsubishi Pajero.
8. Restaurante L’Arcada.
9. Nova Caixa Galicia (forma el acrónimo: NoCaGa)
10. Teka-Gas.
11. HP webOS.
12. Restaurante «MIANO».
13. GPS Ostia.
14. Galletas Danesas «Ano».
15. Restaurante «MINABO».
16. Instalaciones «Maricon».
17. Restaurante «Aroma de Berga».
18. Vino «Kagan».
19. Restaurante Chino-Vietnamita «Tan Dao Vien».
20. Parque Infantil Zorrilandia.
Por desgracia no son ningún fake, son la pura realidad. ¿Conoces algún otro ejemplo digno de entrar en nuestra lista?
Pero, ¿cómo saber si lo estamos haciendo bien?
Casos desafortunados aparte, hay que decir que un buen nombre no lo es todo. El éxito de un buen naming consiste en la coherencia de una buena denominación, un buen logotipo y, sobre todo, en ofrecer un producto/servicio de calidad. No obstante, aunque no lo sea todo, es un buen principio.
Para saber decidirnos por un nombre de marca de entre una lista de finalistas se pueden hacer muchos tests. Todos ellos requieren utilizar cierta cantidad de recursos (importantes, la mayor parte de las veces). Por eso os dejamos un descargable con una plantilla para poder realizar este proceso de una forma sencilla y sin volverse loco.
Por último, si todo esto falla, aplica el sentido común (todo un valor en nuestros días). Y, si no quieres volverte loco, cuenta con profesionales que puedan ayudarte a desarrollar el branding de tu marca.
autoecuela «MATA» en santiago de compostela
Buenos consejos! Y bastante curiosos los de los ejemplos de un mal naming…
Los televisores LG también llevan el sistema de webOS, cada vez que se inicia me da la risa 😛
Que opinan de AZAR como nombre de una Agencia Publicitaria que tiene como escencia «Atrevete – Arriesgate»
Le animamos a que utilice la plantilla comparando el nombre con otras opciones. Les ayudará a tomar distancia con respecto al gusto personal. Sin saber mucho sobre la marca, más allá del comentario, no podemos dar una valoración formal. A priori, aunque la palabra tiene buena sonoridad y es breve (un valor en nuestros días), sí le podemos decir que no nos termina de encajar la connotación «azarosa» del nombre. En comunicación y en publicidad las cosas no se logran por azar, sino por estrategia. No obstante, como les decimos, es una valoración externa con muy pocos datos para sustentarla. Mucha suerte con su nueva marca y, si necesitan ayuda, ya saben dónde encontrarnos.
Jajaja la verdad es que me lo he pasado pipa con los ejemplos. Buen post!
¡Gracias, Daniel! La verdad es que se ve cada cosa por ahí… 😉