La Responsabilidad Social Corporativa (RSC) es una manera de dirigir una empresa u organización. Esta busca, mediante acciones, contribuir de forma activa y voluntaria al bienestar de la sociedad, el medio ambiente y la economía.

A principios de la década de los noventa, la globalización establecía un futuro lleno de avances tecnológicos y modernidad. Los países desarrollados y los que estaban en vías de desarrollo tenían un buen presentimiento. Pero todas las expectativas se vinieron abajo cuando, a inicios del Siglo XXI, se produjeron desequilibrios y otras situaciones entre todos los países.

¿A qué contribuye la Responsabilidad Social Corporativa?

Es un concepto bidireccional que engloba distintas áreas. La importancia de su gestión y su relación con la sociedad es que trata temáticas importantes: la económica, la social y el medio ambiente.

Las empresas consiguen una remuneración en concepto de valores, no una remuneración económica, apoyando proyectos que benefician a toda la sociedad. Con este tipo de actuaciones, finalmente las empresas consiguen un posicionamiento en el ámbito competitivo y la mente del consumidor. Aporta a la marca valores añadidos que ayudan a la imagen de la misma.

A veces es cierto que solemos pensar mal y creer que las empresas lo hacen como lavado de cara. Es más, existe el término Greenwhashing, que se aplica cuando una compañía presenta sus productos como «verdes» cuando no lo son. Vaya, que seguro que hay empresas que utilizan actuaciones aparentemente de RSC sólo para mejorar la imagen de marca. Pero también hay muchas que realmente creen en los beneficios de la inversión socialmente responsable (así también se le llama).

Por otro lado, una buena estrategia de RSC siempre contribuirá a la mejora y mantenimiento de la imagen de marca… Voilá! ¡Bien pensado! En momentos puntuales pueden ayudar a las Relaciones Públicas de la empresa.

Veamos algunos ejemplos en España

Mercadona. La cadena de supermercados tiene diversas iniciativas de RSC.  Por ejemplo, descargan sus productos en las horas de menos tránsito para no bloquear la movilidad urbana. También colaboran con comedores sociales y otras instituciones.

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IKEA. Trabaja de la mano con instituciones como Save the children o UNICEF.

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En definitiva, la Responsabilidad Social Corporativa es una filosofía de empresa y va más allá de los beneficios económicos y/o de notoriedad de marca que pueda desencadenar una acción. Son actuaciones de carácter diverso: los derechos humanos, las prácticas del trabajo y del empleo, la protección de la salud, las cuestiones medioambientales, la ardua pelea contra el fraude y la corrupción… Todo lo que pueda mejorar la sociedad y, por qué no, consiga el interés de nuestros consumidores.

Esperamos que, con el tiempo, el control empresarial y la Responsabilidad Social Corporativa se vuelvan recíprocos.

Por un mundo mejor.

 

 

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